Factores clave en la fabricación de cartuchos de escopeta. (2)
Factor clave 2: LA PÓLVORA
La pólvora es el segundo de los elementos que van a ser responsables de la salida y plomeo de la carga de nuestro cartucho.
Hay que aclarar que la pólvora no es un explosivo: se quema por efecto de la explosión del fulminante, y es el efecto de esta combustión la generación de gases que hacen que aumente la presión en el interior del conjunto cartucho-recámara y se mueva la carga de perdigones.
Esta combustión se realiza de modo gradual, ya que de no ser así, la repentina subida de presión sobrepasaría los límites de resistencia de la recámara del arma, con consecuencias desastrosas.
Estaría mejor definir la pólvora como un "impulsor", esto es, su combustión empuja la carga a lo largo del cañón del arma, y como se ha apuntado anteriormente, este proceso se lleva a cabo de modo gradual, aunque parezca que todo es instantáneo: con los instrumentos adecuados, podríamos medir el tiempo transcurrido desde que el detonador enciende la pólvora y se inicia la combustión, aumenta la presión, comienza a moverse la carga, aumenta la presión, se acelera el movimiento, se generan más gases, la carga se desplaza por el cañón hasta que sale por la boca y finalmente desaparece la combustión y la presión. Habitualmente, éste es un proceso de 2-3 milisegundos.
En la actualidad, la pólvora utilizada en cartuchería deportiva y de caza es la denominada pólvora sin humo, generalmente pólvoras de base simple o coloidales que están basadas en nitrocelulosa. Las pólvoras de doble base que contienen nitroglicerina y suelen utilizarse en los cartuchos fabricados para EE.UU, pero en Europa la pólvora normalmente utilizada en los cartuchos de escopeta es monobásica, es decir la formada solo por nitrocelulosa
La pólvora puede "diseñarse" para ser más o menos rápidas, más o menos progresivas, y ello depende de la forma de la pólvora, el tamaño de los granos de la misma, los aditivos retardantes, etc.
Generalmente, las cargas de menor gramaje requieren de pólvoras rápidas, más vivas, ya que el desplazamiento se produce antes y se ha de generar gas a mayor velocidad para llenar el vacío resultante del movimiento de la carga. Así se mantienen estables los niveles de presión y la carga continúa con su desplazamiento a lo largo del cañón. Por el contrario, es necesario emplear pólvoras lentas en el caso de cargas con mayor peso, porque al ofrecer más resistencia al avance podrían generar sobrepresión en caso de una combustión inadecuadamente rápida.
La pólvora de un cartucho de escopeta no se quema fácilmente. Requiere de presión y temperatura: la explosión del detonado primeramente, la inercia de la carga y la resistencia del cierre de la boca del cartucho después, dan las condiciones iniciales necesarias.
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