¿Empiezan a desmoronarse los fundamentos de la prohibición de las municiones de plomo en la UE?
El proceso de “creación de opinión” en la Agencia Europea de Sustancias y Mezclas Químicas (ECHA) sobre la propuesta de prohibición casi total del uso de plomo en la munición de caza y tiro deportivo ha sufrido un nuevo revés.
Tras el caso de mala administración - puesto de manifiesto por la evaluación del Defensor del Pueblo Europeo - relacionado con la transparencia de los datos en la evaluación de riesgos para la salud humana de la ECHA, la base medioambiental ha recibido ahora un golpe: un nuevo estudio científico pone en duda la metodología y las conclusiones del informe de la ECHA. Se trata de otro desafortunado giro de los acontecimientos para la prohibición de la munición de plomo propuesta por la UE, que afectará a millones de ciudadanos europeos.
El nuevo estudio revisado por expertos demuestra cómo las estimaciones de la ECHA sobre la disminución de aves terrestres europeas por la ingestión de munición de plomo se basan en supuestos inciertos o genéricos. Este estudio concluye estimaciones más bajas y realistas de la disminución de aves, basadas en una metodología más fiable.
Los datos citados para apoyar la estimación del 1% procedían en su mayoría del Reino Unido, donde la intensidad de la caza de aves de caza es mucho mayor que en otros países. Además, se mezclaron diferentes estadísticas de mortalidad, que sin embargo no son idealmente comparables.
En toda la UE, la ECHA calcula que la caza dispersa cada año unas 14.000 toneladas de munición de plomo en el medio terrestre (una cifra excesiva, como ya hemos explicado), lo que provoca la mortalidad de las aves que lo ingieren. Los investigadores han estudiado el impacto de la ingestión de plomo entre las aves en el campo y en el laboratorio, pero todavía se desconoce mucho sobre la magnitud de las pérdidas para las poblaciones de aves terrestres. Debido a la falta de información en todos los países europeos, la ECHA sólo pudo concluir con la estimación, muy incierta, de una disminución del 1% de las aves de caza terrestres por la ingestión de perdigones de plomo, es decir, que 1.354.292 aves mueren por envenenamiento con plomo cada año. Los datos citados para apoyar la estimación del 1% procedían en su mayoría del Reino Unido, donde la intensidad de la caza de aves de caza es mucho mayor que en otros países. Además, se mezclaron diferentes estadísticas de mortalidad, que sin embargo no son idealmente comparables.
Según este nuevo estudio, la agrupación de datos de todos los países europeos para las aves gallináceas dio como resultado que los porcentajes finales fueran del 0,2% para las muertes directas y del 1,4% para las indirectas debidas a la ingestión de plomo, con una estimación del punto medio del 0,8%. La primera estadística para la causa directa de muerte (0,2%) es 5 veces inferior a la estimación del 1% seleccionada arbitrariamente por la ECHA.
Los resultados de los investigadores se basan en un método alternativo de dos pasos para estimar la viabilidad y la reducción de las poblaciones de aves terrestres en Europa. El primer paso del método mejorado evalúa el porcentaje de cadáveres que murieron por la ingestión de munición de plomo, utilizando los informes europeos de necropsia y patología existentes o los datos de seguimiento de campo disponibles tomados de los transmisores, y luego convierte ese porcentaje en tasas de mortalidad anual.
El segundo paso utiliza una modelización de la población que incorpora la dinámica de la misma para evaluar los cambios en la tasa de crecimiento y el tamaño de la población en función de los cadáveres. Paralelamente al envenenamiento letal, el nuevo método estima la mortalidad potencial y los efectos reproductivos del envenenamiento subletal, que normalmente no se aborda de forma explícita o sólo cualitativa en las evaluaciones de la ingestión de plomo. Aunque este método sigue conteniendo cierta incertidumbre en cuanto a las pérdidas estimadas de aves de caza en la UE, es un enfoque más sistemático y menos cualitativo que los utilizados por la ECHA.
Este nuevo estudio que cuestiona el fundamento medioambiental de la ECHA se produce después de que la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) no proporcionara a tiempo la información que fundamentaba un pilar sustancial del actual dictamen de la ECHA sobre los riesgos derivados del consumo de carne de caza. Ya en febrero de 2021, la Federación Europea de Caza y Conservación (FACE) solicitó los datos de la EFSA, que deberían haber tardado 15 días. Sin embargo, desde el inicio de la solicitud de acceso, se produjeron numerosos retrasos, así como intentos de justificación y ampliación de plazos.
Después de que la consulta pública de la ECHA se cerrara en septiembre de 2021, la ECHA envió los documentos solicitados por FACE casi ocho meses después. Este retraso inaceptable se comunicó al Defensor del Pueblo Europeo, que lo destacó como un caso de "mala administración" por parte de la EFSA en relación con su incapacidad para proporcionar documentos clave a tiempo. El retraso impidió a las partes interesadas fundamentar los comentarios realizados durante la consulta pública del año pasado.
La ECHA envió los documentos solicitados por la FACE casi ocho meses después. Este retraso inaceptable se comunicó al Defensor del Pueblo Europeo, que lo destacó como un caso de "mala administración" por parte de la EFSA
Dado que el defecto de procedimiento es crítico, FACE solicitó la reapertura de la consulta pública en la que todas las partes interesadas pudieran presentar pruebas relacionadas con la evaluación de riesgos para la salud humana de la ECHA. La ECHA se negó, pero la Comisión Europea intervino, coincidiendo en que se requiere equidad. La fase de consulta del Comité de Evaluación de Riesgos (RAC) se ha reabierto para los datos sobre salud humana, y hay que elaborar un nuevo dictamen sobre el riesgo para la salud humana.
En resumen, está claro que el uso de datos parciales o insuficientes, así como de enfoques simplistas y cualitativos en la evaluación de escenarios complejos, conducirá inevitablemente a conclusiones erróneas. Sencillamente, no basta con comprobar que una evaluación de riesgos se ha realizado de acuerdo con las normas cuando ésta se basa en una gran falta de información.
¿Es imposible mirar el informe sobre restricciones de la ECHA sin preguntarse cuán sólida es su base científica y cuán fiables y creíbles son sus evaluaciones? Se trata de preguntas serias que los responsables de hacer políticas deberían plantearse para tomar las decisiones correctas en un reglamento que afectará a 10 millones de ciudadanos europeos.
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ACERCA DEL ESSF
El Foro Europeo de Tiro Deportivo (ESSF) es una plataforma informal en la que representantes de organismos internacionales activos a nivel europeo en los ámbitos del tiro deportivo, la caza, el coleccionismo de armas de fuego, el comercio y la industria mantienen un diálogo abierto para debatir cuestiones de interés común, en particular los aspectos medioambientales, jurídicos, políticos y socioeconómicos de dichas actividades.
El ESSF está compuesta por la Asociación Europea de Comercio Civil de Armas (AECAC), la Asociación de Fabricantes Europeos de Munición Deportiva (AFEMS), el Consejo Europeo de Tiro Deportivo (ESSC), la Asociación de Fabricantes Europeos de Armas de Fuego Deportivas (ESFAM), la Federación de Asociaciones de Caza y Conservación de la UE (FACE), la Fundación de Sociedades Europeas de Coleccionistas de Armas (FESAC) y el Instituto Europeo de Armas de Caza y Deporte (IEACS).
Estos sectores emplean a más de 600.000 personas en Europa y su volumen de negocio anual ronda los 40.000 millones de euros, si se incluyen los ingresos generados por las actividades de caza y tiro, en su conjunto. En total, aglutina a 14.000 minoristas, 300.000 coleccionistas y más de 10 millones de cazadores y tiradores deportivos en Europa.
Publicación Original: EURACTIV